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Los orígenes de la Naturopatía se remontan a tiempos prehistóricos. Cuando el ser humano primitivo cuando tenía molestias o alguna enfermedad se guiaba por su instinto biológico y, por ejemplo, ayunaba hasta que remitía la fiebre o metía en el río su pie dolorido por una torcedura. Aunque la Naturopatía es quizás tan antigua como el ser humano, uno de sus primeros testimonios escritos procede del siglo V a.C., cuando Hipócrates, padre de la medicina, insistió en las virtudes del ejercicio y moderación en el comer, formulando el principio de que "lo importante es no hacer daño" con lo que quería decir que el tratamiento debería actuar en armonía con el cuerpo y ser lo más natural posible. Fuente:Centro y editorial HIGEA El propósito de éstas y otras curas naturales que aconseja la Naturopatía es estimular la capacidad del organismo en curarse y recuperarse de las enfermedades. La Naturopatía actual recomienda una manera de pensar y de vivir más orientada a la salud y acorde a la Naturaleza. Cuando la salud se deteriora por alguna razón, la Naturopatía no se limita a a aliviar o suprimir los síntomas, sino que intenta descrubrir su causa. Por regla general, las enfermedades se atribuyen a una alteración del equilibrio normal del cuerpo. La Naturopatía trata a cada persona de una forma holística (integrada) considerando los factores físicos, mentales, espirituales, ambientales y sociales que puedan ser adversos o beneficiosos a su salud. La Naturopatía se apoya en diferentes prácticas terapéuticas auxiliares, como las plantas medicinales, dieta, quiropráctica, fitoterapia, ejercicio físico, hidroterapia, masaje, descanso, relajación, respiración, etc.