Artículo sobre la LACTANCIA MATERNA: EL LLANTO, EL SUEÑO Y LA TETA por la Asociación Primal
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EL LLANTO, EL
SUEÑO Y LA TETA

por la Asociación Primal

Uno de los problemas más estresantes en la crianza de los nin@s-bebés es el del llanto, y su relación con el sueño y la lactancia.

Las madres (y los padres) se desesperan porque su bebé no duerme bien y/o no para de llorar o protestar, tanto de día como de noche.

Después de un tiempo, el objetivo inmediato se convierte casi en una táctica militar: "callarlo como sea". La batalla se presenta especialmente difícil durante la noche, ya que sin dormir la familia está desquiciada, y transcurridos varios días, la táctica del "enemigo" - el bebé - empieza a ser un poco perversa.

Los especialistas en niñ@s-bebés proponen diferentes estrategias para calmar al infante, evitar "malcriarle", etc. La teta no es sólo un "arma" eficaz para apaciguar a un bebé, sino que también ha sido y es motivo de polémica: "cuando dar el pecho", "cantidad y frecuencia", "hasta cuando", "¿hay que darle el pecho cuando lo pide o cada tres horas?", etc.

Como principio básico para una crianza sana y natural, a los bebés hay que darles "lo que necesitan cuando lo necesitan". Por lo tanto, si necesitan mamar hay que darles teta inmediatamente, si necesitan ser cogidos en brazos deben ser cogidos, ... y así con todas sus necesidades primarias.

Antes de seguir, aclarar que el bebé tarda unas dos horas y media en digerir una buena toma de leche materna (la leche de vaca es más difícil de digerir y tarda más), por lo que puede ser normal que tenga hambre después de ese tiempo. (Creo que esta es una de las razones por la que algunos pediatras aconsejaban antes, y aún aconsejan, un horario de lactancia estricto).

¿Quiere esto decir que hay que darle de mamar cada tres horas? Desde luego que "NO". Como norma esencial hay que amamantar al bebé cuando lo pide.

Una vez dicho esto, vamos a meternos en un terreno pantanoso, en donde pueden surgir malos entendidos e incomprensiones. Hay algo que pasa desapercibido a la inmensa mayoría de los padres, educadores y profesionales de la salud: "la necesidad que tiene el niño-bebé de expresar sus emociones en forma de llanto y rabietas para resolver e integrar experiencias estresantes y traumáticas anteriores".

Es decir que el niño-bebé no sólo llora para llamar la atención sobre una necesidad presente, sino que necesita expresar sus emociones con libertad en forma de llanto, rabietas y pataleos, aunque las razones sean aparentemente incomprensibles. Por lo tanto, no se debería reprimir su llanto nunca, o utilizar "tácticas" para distraer al niñ@-bebé sistemáticamente.

Los padres que son capaces de comprender esto y aplicarlo con atención y comprensión, pueden comprobar, en muy poco tiempo (días o semanas), como su bebé duerme mucho mejor, pide teta con una frecuencia más natural (generalmente menos frecuencia), y está más alegre y relajado.

Y aquí es donde hay que hacer un comentario más delicado aún. Si nos hemos metido en un terreno pantanoso con anterioridad, ahora corremos el riesgo de ahogarnos en la incomprensión total.

Defendemos con rotundidad que "hay que amamantar al bebé cuando lo pide", pero la teta puede ser también una forma de "distraer" al bebé para que se calme y se calle. Comprender esto sólo es posible cuando llegamos a comprender la función curativa del llanto en los niñ@s-bebés.

Desde el momento de nacer, el niño se acostumbra a calmar su ansiedad y sus sensaciones incomodas con la teta; o más bien, los padres enseñan al niñ@ a utilizar la teta como "sedante" para su ansiedad, impidiéndole resolver su estrés acumulado a través del llanto y las rabietas. Cuando, por las razones que sea, el niñ@-bebé mama sistemáticamente "adormeciendo" sensaciones incómodas, generalmente se manifiesta inquieto, quisquilloso y, más que llorar, parece estar lloriqueando y protestando constantemente.

Una vez dicho esto, y asumiendo que esta exposición está siendo seguida sanamente y con interés, al menos por algunas personas, ¿cómo sabemos cuando el niño necesita mamar o llorar? Casi nunca es evidente, al menos durante los primeros meses, y hay que hacer un esfuerzo de "identificación" y de paciencia.

Para dar un respuesta fácil, el niñ@-bebé debería ser amamantado siempre que lo pida; y ante la duda, ésta debería ser la única opción responsable. Pero si duerme mal, lloriquea con frecuencia (pero casi nunca intensamente) y pide la teta con demasiada frecuencia (por ejemplo cada hora) es un síntoma claro de que está "tapando" algo y necesita descargar su dolor.

¿Cómo? Llorando cogido en brazos, y bajo la atenta y comprensiva mirada de un adulto, preferiblemente la madre o el padre, que intentará comunicarle toda su comprensión, interfiriendo lo menos posible en su proceso de descarga emocional.

Advertencia: No se debería NUNCA DEJAR LLORAR A UN BEBÉ SOLO. Una vez comprobado que el llanto no es debido a un problema médico, "permitir" a un bebé expresar sus emociones en forma de llanto y rabietas no tiene nada que ver con dejarlo llorar sólo hasta que se canse.

Fuente: Enviado a nuestro e-mail por la Asociación Primal: http://www.primal.es/infancia.htm .


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