CAMBIO CLIMÁTICO: NO TE COMAS EL PLANETA
Nuestro planeta necesita urgentemente que le escuchemos y le ayudemos. Sus mares y ríos están cada vez más contaminados, el aire que respiramos contiene niveles muy peligrosos de contaminación, el efecto invernadero provoca el aumento de la temperatura con consecuencias muy graves, miles y miles de kilómetros de bosques y selvas están siendo destruidos cada día, millones de animales son sacrificados, escasea el agua potable, hay cada más zonas desérticas, millones de personas mueren de hambre cada año, miles de especies de animales desaparecen, la salud de las personas está cada vez más deteriorada falleciendo millones de ellas cada año por enfermedades como las cardíacas y el cáncer.
Muchísimas personas son conscientes de estos graves problemas medioambientales y de salud que afectan al planeta Tierra y a la sociedad actual. Sin embargo, pocas saben que hacer al respecto. Este artículo pretende aclarar este punto e informar al lector del poder que tienen los alimentos que decide comer cada día para deteriorar o mejorar la salud del planeta como la suya propia. El consumo de unos alimentos determinados , como los animales, realizado por miles de personas cada día del año y durante décadas provoca unas consecuencias globales en el planeta Tierra y en su salud.
Si el ser humano continúa con el actual ritmo de destrucción y contaminación inevitablemente sucederán cambios prácticamente irreversibles en el planeta y en nuestra forma de vida.
La explotación animal por parte de la industria ganadera y pesquera, y el consumo de una dieta a base de animales son unas de las principales causas del deterioro ecológico y de la salud humana. Optando por una dieta diferente, más sana, solidaria y ecológica como la vegetal, mejorará notablemente el bienestar de la Tierra, los océanos, animales y seres humanos.
No es suficiente con cerrar el grifo, con bajar el termostato, con separar los residuos en cada contenedor de la calle, con usar el transporte público ecológico, con celebrar cumbres y manifestaciones sobre el cambio climático, si no tenemos en cuenta la importancia vital de cambiar la dieta a base de alimentos animales (carnes, pescado) por una vegana (libre de alimentos animales).
El consumo de una dieta cárnica contribuye directamente con el cambio climático. Miles de millones de animales (incluidos los peces) son sacrificados cada año para el uso y consumo humano lo que conlleva el despilfarro de millones de litros de agua, la contaminación de los ríos, mares y océanos, la emisión de millones de toneladas de dióxido de carbono y metano; y el dolor y la agonía de esos animales.
Por los animales, por el planeta, por ti, por tu salud y por las generaciones venideras, cambia tu dieta, ¡Consume una dieta vegetal!
Fuente: Libro "No te comas el planeta" por José Manuel Casado Sierra, editorial Higea.