El presunto cambio climático que anuncian muchos políticos es una excusa perfecta para no asumir responsabilidades, imponer limitaciones e impuestos a los ciudadanos. Esto por ejemplo lo estamos viendo con los incendios que están sucediendo este verano en España.


El gobierno español echa la culpa de los incendios a lo que llaman cambio climático. No asumiendo ninguna responsabilidad. No importa que el 90% de los incendios forestales sean provocados por el ser humano, ya sea intencionadamente o por negligencia. No importa que cada vez hay más trabas gubernamentales y ecológicas para desbrozar los campos y así evitar hierba y maleza seca potencionalmente más vulnerable al fuego cuando llega el verano. No importa que sistemáticamente se haya reducido el ganado en España ya que los ganaderos sufren impuestos y limitaciones inasumibles. No importa. La conclusión política es que los incendios es por el cambio climático.


Vamos a ver políticos, ¿por qué nos tomáis por tontos?


Lo malo es que muchas personas están hartas de ellos pero luego vuelven a votarles. La ceguera y la anestesia colectiva es tal que aunque vivan peor y sus derechos estén sometidos siguen anclados en su ideología que les impide ver la dura realidad: Sueldos congelados durante años. Acceso a la vivienda una quimera. El transporte cada vez funciona peor con retrasos de horas o de días. Los precios de los alimentos desorbitados como también los de la luz y la gasolina. Aumento considerable de las violaciones y agresiones sexuales a las mujeres. Aumento considerable en los últimos años de la deuda del país en más de 500.000 millones de euros, etc. Lo que supone unos 42.000 millones de euros de intereses anuales.


Es evidente que la presencia en este planeta del ser humano conlleva un aumento de la contaminación ya que nuestra forma de vivir está muy alejada de la solidaridad, la ecología y el respeto. Impera el egoísmo. El negocio que da más dinero es el bélico, luego las drogas (incluimos la industria farmacéutica) y después la prostitución. Con estos mimbres es lógico que la tierra sufra las consecuencias de la acción negativa del ser humano. Ahora bien. Cambios climáticos intensos han sucedido en este planeta durante millones de años y cuando no estaba el ser humano o su acción era muy limitada sin apenas impacto ambiental. Por tanto, asumir que actualmente lo que llaman cambio climático es debido a la contaminación generada por la humanidad y los procesos naturales y cíclicos inherentes a la Tierra que han sucedido durante millones de años no tienen nada que ver, es un argumento muy simplista e ignorante.



Ahora, en pleno agosto. Cuando es normal que tengamos temperaturas calurosas de 35 a 40 grados o más, nos dicen los medios de comunicación, que es una ola de calor nuca vista y debida al cambio climático. Pero vamos a ver. Lo normal es que en verano suban las temperaturas bastante. Siempre ha sido así. Recuerdo hace treinta, cuarenta, cincuenta años que había unos veranos muy calurosos pero nunca los medios de comunicación decían que era debido al cambio climático. Recuerdo también veranos con días de nieve y mucho frío. Sin embargo, tampoco se culpaba al dichoso cambio climático. Así que no nos cuenten historias. Lo mismo podemos decir de las lluvias torrenciales y las inundaciones que siempre han sucedido matando a miles de personas. Ahora cuando suceden, ya sabes, ¡es culpa del cambio climático!


Gracias al mantra del cambio climático los políticos imponen medidas y privan a los ciudadanos de derechos fundamentales. Citemos algunos:


   

• Nos imponen impuestos como la tasa de basuras. Se ha triplicado o cuadriplicado su importe aunque el ciudadano tenga que tirar la basura al contenedor que hay en la calle. Antes, hace décadas, dejabas la basura en el portal o en la puerta de tu casa y el servicio de limpieza la recogía y no pagabas el abusivo impuesto.
  
  
     

• Nos obligan a comprar coches eléctricos de más de 30.000 euros porque si no, nos prohíben circular con nuestro coche de gasolina en carreteras y ciudades violando nuestro derecho a la libre circulación y limitando nuestra actividad personal, laboral o empresarial. Tampoco hay puntos de recarga o escasean.
  
     

• Nos imponen normas caras en nuestras empresas para que seamos más ecológicos aunque eso no obligue a cerrar el negocio o a echar a trabajadores