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Artículos alimentación
por Joana Dueñas Molins
Publicado el 27-03-2005
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Las principales carencias que encontramos en las harinas son: Vitamina B1 necesaria para poder asimilar los carbohidratos. Como hemos visto anteriormente, tanto el pan como las propias harinas son las principales fuentes de carbohidratos de absorción lenta. Si se ven privados de la vitamina B1, la asimilación del pan y derivados de las harinas, será incompleta, o bien el organismo obtendrá (robará) la vitamina B1 de otras fuentes. Con lo que pueden causarse deficiencias serias de la mencionada vitamina.
Lisina, uno de los aminoácidos más importantes para el crecimiento. Cuanto más integral es un pan, más rico en aminoácidos es. El pan hecho con harina completa y recién molida contiene una cuarta parte más de lisina que el pan blanco.
Minerales y oligoelementos que obtendremos del pan y harinas dependerán, en gran medida, de la molienda (industrial, tradicional o en nuestra propia casa)
Celulosa el pan integral, elaborado con harinas recién molidas y completas, dejan más celulosa en nuestro organismo (fibra o salvado) Su carencia es el origen de un gran número de enfermedades y padecimientos típicos de nuestra época, debido al refinamiento de los alimentos básicos de nuestras dietas. Un claro ejemplo es el estreñimiento o pereza intestinal y sus consecuencias.
Los cereales pueden conservar integras sus propiedades largo tiempo. Un ejemplo son los granos encontrados en las pirámides egipcias, concretamente de trigo, después de milenios han germinado con éxito. Las harinas que tienen fechas de caducidad superiores a un año se les han añadido conservantes.
¿Qué pan debo consumir? ¿Integral o blanco? En general, la respuesta casi siempre es clara: Integral. Pero hemos de tener en cuenta algunas otras cosas, para estar seguros de que la opción tomada es la correcta. No todas las harinas son iguales, bien sean éstas blancas o integrales. Una sencilla regla para que evaluemos el producto final que obtendremos es:
A mejores ingredientes, mejores resultados, a peor calidad en los ingredientes, peores resultados obtendremos.
Veámoslo con más detalle. Vista la composición de los cereales; una cuarta parte de proteína (llamada gluten), el germen, el endosperma, (almacén de energía y proteínas que sirven para alimentar al germen) vitaminas B, E, ácido fólico, etc., potasio, magnesio, hierro, etc., lo ideal es consumir panes procedentes de harinas completas o integrales.
El creciente número de personas que presentan algún tipo de alergia o intolerancia al gluten va en aumento. Hay otras muchas que sin saberlo, no lo toleran bien. Las mencionadas intolerancias no son sólo debidas al gluten, deberíamos valorar que otros factores pueden influir en las alergias, ya que el gluten es necesario, sin él las harinas mezcladas con el agua no se unen, ni crecen (suben). Con respecto a las harinas integrales, el gluten no se libera totalmente durante las diferentes fases fermentación, subida, leudado, etc. debido a la capa de fibra que lo envuelve; el salvado. Éste y no otro, es el motivo de que los panes integrales sean más densos y más difíciles de digerir que los de harina refinada. (Ver apartado levaduras y fermentos para solucionar este problema) Estamos hablando de panes que contienen exclusivamente; agua, harina y levadura (quizás se han enriquecido con un poco de aceite, sal, azúcar, miel, semillas oleaginosas, etc. El salvado es la fibra que necesitan nuestros intestinos, para expulsar al exterior los residuos y sustancias no asimilables. No es bueno eliminarlo, entonces aparecen problemas como el estreñimiento.
Causas ?desconocidas? para la intolerancia al gluten y cereales En los años 50 y 60, comenzó a crecer la popularidad del trigo, tanto en Europa como en EE.UU. Durante el último siglo, el consumo y la producción de los productos de panadería y bollería se ha duplicado. Esto motivo que creciesen las expectativas tanto en la industria alimenticia, como en las empresas dedicadas a la manipulación genética. (Ver apéndice 1) Éstas últimas utilizaron y utilizan grandes extensiones de cultivos rápidos con semillas manipuladas genéticamente, en países en vías de desarrollo (África, América del Sur, Asia, aunque curiosamente y dentro de Europa, España es uno de los países desarrollados, donde se cultivan y consumen más productos transgenicos; tomates, cereales, frutas, legumbres...) No hay demasiada información (y si la hay no se publica) de donde proceden los genes implantados en los productos manipulados genéticamente. Por lo general, el valor nutritivo y vitamínico no tiene nada que ver con el del grano original. No se tienen datos sobre el efecto, que los genes alterados pueden tener sobre las generaciones futuras. Es preocupante la posibilidad de que genes copiados puedan pasar, por accidente o no, a otras especies con desastrosas consecuencias, como sería el caso del aumento o creación de ?una mala hierba?. No es fácil anular el efecto de una manipulación en los genes de un animal o planta. Un ejemplo, los salmones transgenicos que escapan de las factorías y piscinas donde crecen. En los ríos devoran a los que viven en libertad, ya que son mucho más voraces, fuertes y su conducta es otra, están rompiendo el equilibrio entre las especies que viven en los ríos Planeta. Otro de los detalles a tener muy en cuenta a la hora de elegir que comemos y compramos, son los genes animales introducidos en los vegetales. A los animales se les atiborra de hormonas, antibióticos, etc. se les alimenta con piensos o pastos transgenicos y se les encierra en lugares insalubres para que engorden rápidamente. Son obesos e indefinidos fantasmas de su especie original, muchos de ellos jamás verán la luz del día o sólo la verán el día que sean trasladados a los mataderos. Los alimentos manipulados genéticamente junto a la falta de información de las consecuencias en el ser humano y animales que los consumen, son las causas de un gran número de enfermedades de la piel, mucosas, aparición de parásitos y un largo etc.
Otras sustancias ?escondidas? que provocan alergias:
Aditivos (colorantes, aromatizantes...) Sustancias no nutritivas que se agregan a todo tipo de alimento, cambiando el sabor, color, aspecto, etc. ¿Te has preguntado el origen del ese olor que te abre el apetito cuando pasas por delante de una panadería o pastelería? ¿Has visto lo que le sucede al pan, panecillo, que acabas de comprar después de algunas horas? ¿Cuál es su consistencia? ¿Cómo son las burbujas de aire que se encuentran en el interior? Y un largo etc. El atractivo aspecto de la comida basura se basa en colorantes y aromatizantes, que despiertan los sentidos y pueden provocar cambios conductuales, sobretodo en los niños, los más indefensos. La mejor manera de evitarlos, es comprar productos sin refinar y prescindir de los congelados, comprobar que dicen las etiquetas, exigir que los envases indiquen que hay en el interior, pedir información a asociaciones de consumidores alternativas, grupos ecologistas...
Congelación. Algo de lo que se habla. Los panes y productos de panadería, por lo general los que se adquieren en las modernas y vistosas cadenas que proliferan cada vez más en nuestras ciudades y pueblos, son masas congeladas con todo tipo de aditivos y conservantes. Compramos en una de esas cadenas una baguette, recién horneada, tostada, crujiente, la boca se nos hace agua, el olor nos embelesa...La realidad es que, en el mejor de los casos, la masa de esa baguette lleva semanas o meses en congeladores industriales, y con algo de suerte no habrá sido radiada para evitar el enmohecimiento o la salmonela.
Radiar los alimentos es una práctica común hoy en día, para prolongar la conservación de los productos. Al principio se vio como la solución final a las bacterias nocivas. Hoy se ha comprobado que este proceso conlleva la perdida de nutrientes y vitaminas. |