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Ecología: Defensa animal: Artículos

Lo que no quieren que sepas las productoras de cine
por José Manuel Casado Sierra
Publicado el 17-01-2008

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¡Mamá, mamá! Mira el cerdito cómo salta!¡Mira el mono cómo se mueve! ¡Qué graciosos! Esta frase solía decírsela a mi madre cuando era un niño y veía a los animales “actores” actuar en la pantalla o en una película. Durante mi infancia y adolescencia jamás podría haber imaginado la cruel realidad que existe en la utilización de los animales en el cine y la televisión.

Normalmente cuando la gente va al cine y ve una película donde aparecen animales “actores” actuando es casi inevitable observar una sonrisa general y escuchar un murmullo de alegría. Los niños se ríen con entusiasmo y sus padres se sienten felices al comprobar que sus hijos están contentos. Esto es algo normal, por supuesto, y de ello sacan partido, yo diría, millones de dólares, las productoras de cine, principalmente las americanas. Sin embargo, si dichas empresas cinematográficas fueran lo suficientemente honestas y sinceras para no ocultar lo que hacen a los animales “actores”, millones de personas dejarían de ver sus películas y sus ingresos disminuirían de forma alarmante.

Los animales utilizados en el cine y la televisión no son tratados a menudo como actores sino como esclavos. Muchos de ellos son adiestrados cruelmente, enjaulados y alimentados de forma inadecuada, y abandonados al final de la producción. Cómo no pueden interpretar los mismos papeles y hazañas que los actores humanos sé les somete a diferentes y crueles procedimientos para obligarles a interpretar y de esta forma cumplir con las exigencias del guión. Citemos algunos de estos procedimientos violentos: provocarles caídas mediante alambres, no dejarles comer, empujarles, golpearles, o sujetarles mediante un hilo invisible para que permanezcan sin moverse en un mismo lugar, no dejarles dormir para que en la escena correspondiente estén dormidos y quietecitos, etc. Parece que todo vale para incrementar las ya repletas cuentas bancarias de las productoras.

Los animales “actores” sufren abusos físicos y psíquicos considerables. Se les aparta de su hábitat y costumbres naturales para satisfacer la ambición humana. Para muchos de ellos la película acaba con estrés, traumas, e incluso la muerte. Vamos a citar algunas películas donde los animales sufrieron de alguna u otra forma.

En 1984, la Sociedad para el Bienestar de los Animales Actores (Performing Animal Welfare Society - PAWS) sacó a la luz al proveedor más importante de animales para cine y televisión: una compañía situada en Hollywood llamada Gentle Jungle. El juicio posterior puso de relieve el horrible abuso al que fueron sometidos muchos animales, incluyendo un orangután llamado Buddha (aka Clyde) que fue golpeado repetidas veces y al final murió durante la filmación de la película de Clint Eastwood “La gran pelea” (Any Which Way You Can). Los testigos declararon que Clyde era golpeado rutinariamente con un bastón y con el mango de un hacha para hacerle dócil durante las actuaciones. El orangután fue encontrado muerto, con sangre brotando de su boca, presumiblemente tras recibir una paliza por parte de sus cuidadores. La autopsia reveló que Buddha había muerto a consecuencia de una hemorragia cerebral.

También informaron que un tigre llamado Sultán, que iba a ser usado en la película “El señor de las bestias” (Beastmaster), murió después de sufrir graves quemaduras en la piel cuando los adiestradores intentaban teñirle de negro para que pareciese una pantera. Otros animales nombrados en el juicio incluían a Satán, un leopardo que murió cuando le negaron la asistencia médica necesaria; Michael, un oso negro adulto, fue encerrado en una jaula de 75 cms de altura donde tenía que vivir sin agua; y tres elefantes que estaban desnutridos y encerrados en un tráiler tan pequeño que apenas podían moverse. Un juez multó a Gentie Jungle con 15.300 dólares y revocó los permisos de la Compañía.

Hay muchos más ejemplos de abusos de animales en películas. Durante la producción de la famosa película “Proyecto X” los chimpancés eran golpeados.

Cuando la película “Benjie the Hunted” estuvo terminada, el adiestrador de los 23 cachorros de león criados a propósito para la película se deshizo de ellos poniendo un anuncio en Animal’s Finders Guide-, publicación que comercializa animales exóticos a los tratantes de animales y a las tiendas de mascotas.

Durante la filmación de una estampida en “La saga del indomable”, una yegua embarazada sufrió un colapso. Unos cien caballos participaban en la escena y, aun así, no había ningún veterinario presente. Los cuidadores no pudieron determinar el origen del problema y decidieron matar a la yegua. Uno le golpeo la cabeza con el canto embotado de un hacha y otro le seccionó la vena yugular. Luego tiraron el cuerpo a un barranco. Otros dos caballos murieron durante el rodaje de la película.

En “Las chicas de la tierra son fáciles” (verano de 1989), se arrojó un gato vivo a una piscina; también se dejo que peces tropicales murieran asfixiados encima de una alfombra, mientras los actores humanos bromeaban a su lado.

Durante la filmación de ?Días de trueno? (verano de 1990), unas gaviotas fueron atropelladas por buggies en una escena de persecución en Daytona Beach, después de haber sido atraídas al lugar con comida.

Otra película de 1990, In the blood, glorifica la caza mayor en un curioso homenaje al presidente Theodore Roosevelt. La comentarista del New York Times escribió: “Ni siquiera las personas que rechazan la violencia van a poder responder pacíficamente a esta película... Al menos consigue que el público desee que también los animales tengan rifles”(20 de abril, 1990). La película costó la vida a 31 animales, el primero de los

cuales fue la de un león amodorrado acosado por el guía de un safari. En Rojos se ponía la zancadilla con alambres a los caballos. En Los gritos del silencio fue degollado un buey. En Apocalypse Now se mató a un búfalo de un solo machetazo.

Según un adiestrador de animales que trabajó en el filme Memorias de África en la escena en la que se simulaba que un león era alcanzado por un disparo, se derribaba violentamente al animal con la ayuda de un cable.

En Abyss, se sumergieron ratas en un líquido oxigenado y luego murieron debido a la complicación de procesos neumónicos.

En 1980, en la película La puerta del cielo, se voló un caballo; otros sufrieron zancadillas, fueron lesionados o asesinados. Por si ello fuera poco, tuvo lugar una pelea de gallos (que están prohibidas por la ley) y se desangró a terneros y gallinas para poder salpicar a los actores con sangre real.

En Holocausto caníbal, un filme de 1984, una zarigüeya fue rajada con un cuchillo y se decapitaron una tortuga y un mono.

Películas como Rabia, en las que familias atemorizadas recurren a métodos horribles y extravagantes para defenderse de animales que intentan morder y matar, pueden inspirar o avivar actos violentos e irracionales de odio hacia perros, murciélagos y otras criaturas generalmente inofensivas.

Actualmente se ha puesto de moda el uso de animales vivos en las películas de cine y de televisión, fomentado por la popularidad de películas como Babe, el cerdito valiente. De hecho, Walt Disney Company está rehaciendo muchas de sus películas de dibujos animados usando animales vivos, incluso aquellas con un mensaje a favor de los animales. Aunque los productores de Babe hicieron acuerdos contractuales para retirar a los animales usados durante la filmación en Australia con terceras partes que practican una buena gestión de los animales, es virtualmente imposible velar por la seguridad de cada animal.

Al ir a ver estas películas, el público está creando un mercado que puede fomentar la explotación animal. La PAWS tiene la esperanza de que el nuevo uso de imágenes y animatronics por ordenador (como los usados para crear al chimpancé en la película

Ed) se difunda en las industrias televisiva y cinematográfica de tal manera que el uso de animales vivos sea cosa del pasado. Antes de ir a ver una película o comprarla es importante que nos cercioremos si aparecen animales reales y en qué escenas participan y si estas atentan contra su integridad. Si es así, ya es decisión de cada uno gastarse dinero en dicha película porque aunque actualmente en las películas donde hay animales se supone que se realiza un control para que tengan un trato digno y no sufran ningún daño, está claro que el animal le han obligado a participar en la película.

Fuente: Artículo de 1996 de la revista Higea.

DATOS SOBRE EL/LA AUTOR/A
  • Su nombre: José Manuel Casado Sierra.
  • Su e-mail:
  • Su página web: http://www.higea.org
  • Su experiencia: "Técnico de Dirección y Administración de Empresas por la Universidad de Comillas. Se graduó en el prestigioso Instituto Americano Life Sciencie donde obtuvo el título de Experto y Maestro en la Ciencia de la Nutrición, la Ciencia de la Salud e Higiene Vital. Es asesor de la salud y de la Ciencia de la Vida. Escritor de diversos libros. Fundador de la editorial Higea y el portal redalternativa.com "
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