Queridos amigos:

En el anterior artículo, hablé de como mantener la llama interna a través de la respiración consciente. Un procedimiento sencillo pero no por ello menos poderoso.

La práctica constante, termina creando en nosotros un fenómeno, que quizá, al principio no todos lo noten pero que es de enorme trascendencia. Y es que, cuando nuestra mente para, la calidad y cualidad de nuestra energía cambia. Nuestra vibración vital se expande y acelera, Haciendo de nosotros un ser capaz de vivir y percibir de una forma diferente, con más consciencia y plenitud.

Es tan sencillo como callar unos instantes, mientras observamos como se produce nuestro dulce respirar, sin juzgar ni etiquetar, sin opinar sobre lo que somos o hacemos a cada momento.

Arrastramos demasiado equipaje, tan antiguo como nosotros mismos, y este lastre nos impide ser libres en nuestro presente. Estos bultos tiran de nuestra reserva energética y nos roban la capacidad de disfrute, ya que éste, solo puede tener lugar cuando estamos en el presente, con total aceptación y armonía.

Somos aquello que pensamos, y si, siempre pensamos en lo que nos pasó o en lo que vamos a hacer o nos va a pasar, ¿Cuando nos dedicaremos a nuestro momento presente?

Nuestra coraza mental nos impide que la preciosa luz de la vida en directo entre en nosotros.

Respira amigo/a, en silencio sin prisas, ¿Sientes el aire? la vida entra en ti, pero no lo pienses sólo siéntelo. Así, cuando mires el violeta arrebatado de de un lirio, su belleza impregnará tu alma, porque habrás dejado espacio dentro de ti. En este espacio, puede entrar el espíritu sutil de la flor, y no la idea de la flor. Y cuando mires a los ojos de una persona, estarás mirando su esencia, no su apariencia, y serás capaz de amarla aún sin conocerla.

Dentro de ti, habrá un espacio infinito para todo, porque habrás abierto una puerta a la infinitud del universo. no necesitarás ocuparte del futuro porque, cuando tu presente esta lleno de consciencia, tu futuro será fruto de una acción llena de cualidad y calidad tal, que solo podrá traer armonía y perfección a tu vida.

Nada te preocupará, porque sabrás que todo lo que necesitas está en TU ACTITUD, en como haces lo que haces, no en lo que haces.

Así pues, si conseguimos respirar y crear espacio dentro de nosotros, nuestra labores cotidianas no serán una carga.

Si conseguimos actuar sin resistencias ni quejas continuas, la potencia del universo se desatará en nuestra vida.

Aceptar lo que es, no es resignación vencida, sino rendición agradecida. Darse cuenta de que solo podemos fluir con los acontecimientos, no contra ellos y sumarse a lo que es, no como enemigos sino como aliados, esta es nuestra tarea.

Se trata, de actuar con inteligencia y a nuestro favor, no podemos imponernos al mundo, sino sumarnos a él. Rendirnos en sus aguas multicolores, a veces bravas y otras mansas, navegar sobre ellas con arrojo y alegría, con sabiduría y actitud humilde. Como los niños en sus primeras etapas de vida, cuando los impulsa una alegría vital y genuina nacida de su proximidad con lo divino.

Bueno, sin más dilación, he aquí la segunda llave, aprender a usarla requiere cierta disciplina, pero estoy segura que si has llegado a leer hasta aquí, eres de los que puede conseguirlo.

Método II: fijar la llama o la atención sostenida:

Hemos de conseguir que esta llamita de luz emergente, se fije en nosotros, para que el espacio resplandeciente que trae, se instale definitivamente en nosotros.

Este ejercicio, consiste en mantener un estado de alerta deliberado. Al auto observarnos de forma neutra, como si fueramos alguien que mira desde fuera, sin involucrarnos, con desapego, es posible que nos sorprendamos más de lo que esperamos.

Es posible que te des cuenta que siempre reaccionas de la misma manera ante alguna situación en concreto, ¿Por qué? ¿puedes cambiar eso? Cuando actuamos con el piloto automático, estamos en manos de reflejos condicionados (viejo lastre del pasado y ego).

Perseverar en actitudes que nos desgastan y cansan no es lo más inteligente. Urge cambiar de estrategia. El primer paso sería pasar a la respiración consciente. Si afloran pensamientos o emociones deja que pasen, acepta que están en ti pero sin identificarte con ellos. Manteneos como un pájaro, ojo avizor, observante y benévolo, sin entrar ni salir, como si fueras un cielo azul en el que todo tiene cabida, nubes blancas u oscuras, grandes o pequeñas, de tormenta o viento, sobre ellas permaneces tú sereno y profundo, azul y vacuo, como el mismo cielo. Solo así podemos liberar nuestras emociones, porque no somos lo que sentimos, tan solo lo estamos experimentando.

Observa lo que pasa. Tal vez, te des cuenta que en realidad no pasa nada malo, al contrario, puede que descubras que las resistencias las creas tu mismo/a. Y que tras ellas estás Tú. Un ser, que es mucho más que lo que piensa o siente hoy o mañana, a caso un misterio insondable, un cielo infinito.

Llegados a este punto, habremos empezado un camino sin retorno, el camino hacia el Ser y la Unidad.

Hagamos de la RESPIRACIÓN CONSCIENTE un hábito en nuestra vida, y de la ACTITUD ALERTA O ATENCIÓN SOSTENIDA, otro. De esta manera podremos ir modificando patrones de conducta obsoletos, que pertenecen al pasado, donde regía el factor desvitalizador llamado miedo. Es hora de sustituirlo definitivamente por el patrón de esta nueva era, el del Gozo, una forma de vida que nos sacará del ensueño ficticio de una mente abotargada por un ego que jamás se calla, que tan solo se imagina la vida, mientras ésta pasa de largo.

Esta llave, sólo abrirá los corazones que estén preparados para recibir los dones que guarda el cofre de Ser.

Desde el corazón, os amo, amigos/as.