Objeciones de tomar sal

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Objeciones de tomar sal
por José Manuel Casado Sierra
1. Los condimentos pervierten el
sentido del gusto.
Los condimentos ocultan los sabores deliciosos y naturales de
los alimentos crudos. Las glándulas gustativas terminan supeditándose
al condimento, destruyendo la habilidad de una persona para apreciar
los alimentos de su herencia biológica. La persona esclava de estos
condimentos, tiene su paladar pervertido y rechaza una simple pieza de
fruta dulce o una ensalada de verduras crudas.
2. Los condimentos fomentan comer en
exceso. La estimulación, la excitación
y el disfrute al tomar los condimentos es adicción. La persona come el
alimento principalmente como un medio para satistafer la excitación
provocada por el condimento.
3. La mayoría de los condimentos están
cargados de sustancias químicas venenosas.
4.
La mayoría de los condimentos son altos en calorías, debido
al contenido en azúcar y/o grasa.
5. Los condimentos dañan el tracto
intestinal. Los condimentos provocan
la estimulación no solamente de las glándulas gustativas, sino también
de las delicadas membranas mucosas de todo el tracto gastrointestinal,
incluido la boca, el estómago e intestinos. El continuo uso de condimentos
causa el endurecimiento de las membranas dañando la función del tracto
gastrointestinal y causando irritación, inflamación e induración.
6. Los condimentos dañan la digestión.
Cubren al alimento provocando que
las glándulas que segregan los jugos gástricos no se adapten al alimento
ingerido y la digestión del mismo sea dañada o imposible. Todo alimento
no digerido se convierte en veneno para el cuerpo.
7. Los condimentos son tóxicos.
Esto significa que llenan de toxinas
al cuerpo y le privan de valiosísima energía para realizar sus funciones.
La sal es tóxia
Aunque todos los condimentos son tóxicos e innecesarios, sin embargo, el más peligroso de todos es la sal. La sal es un mineral inorgánico compuesto por sodio y cloro.
Debido a que es inorgánico no puede ser metabolizado por el cuerpo.
La sal entra en el cuerpo como cloruro sódico,
circula en la corriente sanguínea como cloruro sódico,
y es expulsado del cuerpo como cloruro sódico.
En ningún momento es descompuesta en sodio y cloro y usado por el cuerpo.
Tu cuerpo solamente puede utilizar minerales orgánicos procesados previamente
por la planta. Haz una prueba, bebe agua del mar, que es la más salada de la
tierra y comprobarás que tu cuerpo reacciona vomitándola inmediatamente,
o si quieres llénate un vaso con sal y agua, ¿qué ocurre?
Tu cuerpo lo vomitará. Si quieres sodio y cloro orgánicos obténlos de
los alimentos vivos y vegetales: frutas, verduras, frutos secos y semillas.
Incluso si no aplicas todas los elementos esenciales de la vida total
e inmediatamente, el dejar inmediatamente el consumo de la sal,
te conducirá a la liberación de enfermedades como edema, obesidad,
hipertensión, y cardiovasculares.
Las siguientes enfermedades se agravan por el consumo de sal:
neumonía, pleuresía, cirrosis del hígado, ictericia, viruela,
insomnio, dolores de cabeza, vejez prematura de la piel, indigestión,
artritis, fatiga, sinusitis, sordera, epilepsia y tensión nerviosa,
nefritis, inflamación e hinchazón de todas las glándulas, estreñimiento,
indigestión, cáncer de estómago, etc. De 4.000 a 10.000 mg diarios de sal consume una persona que coma la dieta convencional.
¿Cómo actúa el cuerpo sobre la sal?
El cuerpo reconoce la sal como veneno y actúa para protegerse a sí mismo:
diluye la sal en los fluidos corporales para que la sal existente
sea menos dañina, menos irritante para las células, tejidos y órganos
del cuerpo. Es eliminada a través de la piel, riñones, intestinos, etc.
Estas reacciones del cuerpo para defenderse y eliminar la sal crean una
dificultad innecesaria y un gasto enorme de energía nerviosa. La mayoría
de las personas que han comido sal a lo largo de su vida tienen
su corriente sanguínea llena de sal. La razón de que la sal esté en
la corriente sanguínea es porque el cuerpo está intentando constantemente
eliminarla del sistema.
FUENTE: Artículo Editorial Higea por José Manuel Casado Sierra, Experto en Nutrición 1993. EDITORIAL HIGEA