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¿Cuánto valoras tu salud?
por José Gómez
Pocos son los que se preguntan si su alimentación es la correcta, si mastican bien o come demasiado, como respiran, si hacen suficiente ejercicio o si sus hábitos son positivos o acabarán con el tiempo en convertirles en peleles, pagando muy caro junto con toda la familia la imperdonable irresponsabilidad. Todos cueremos ser libres pero hay muchas formas de encadenarse aunque uno no se de cuenta.
Hipócrates que vivió hace más de 2400 años y que es considerado como el padre de la medicina nos dejó varios aforismos que pueden hacernos meditar si vamos bien o no:
e) "Todo o mbre debería ser su propio médico". ¿Quién nos podrá de verdad cuidar y, sin ningún interés secundario mejor que nosotros mismos? . Ni que decir tiene que para ello hemos de estar suficientemente informados obre todas estas cuestiones para obrar acertadamente.
Mantener la salud tiene que ser algo sencillo y al alcance de todo el mundo, pues sin ir más lejos, miles de especies animales se conservan sanos hasta el final de sus días sin más ayuda que sus propios instintos. Pero el hombre, que como ser inteligente, debería estar mejor que todos ellos es, para su verguenza el más enfermo y degenerado, pese a sus grandes conocimientos. Parece que utilizara ese tesoro uue es la razón en su contra, en vez de utilizarlo para liberarse de sus problemas.
Hemos de comprender que si tratamos a nuestro cuerpo con más responsabilidad (pues no tenemos ninguno de repuesto para sustituirlo en toda nuestra vida) nos encontraramos infinitamente mejor.
Todos queremos estar más sanos pero la triste realidad es que muy pocos mueven un sólo dedo para conseguirlo.
Deberíamos tener bien claro que en esta vida los errores que cometamos los pagaremos y con intereses, antes o después.
Prevenir es de sabios y nunca es tarde para rectificar. La salud no lo es todo pero sin ella nada de lo demás tiene el mismo valor.
Dejemos de fabricarnos más problemas y cojamos valientemente el timón de nuestras vidas, porque son éstas las que están en juego. Así hagamos o dejemos de hacer lo que de verdad creamos que es mejor para nosotros sin importarnos lo que la mayoría hace, piensa o dice (así les va de bien a esa mayoría).
No nos busquemos más problemas de lo que la vida moderna nos interpone y que son irremediables a corto plazo: contaminación, estrés, etc......Así llegaremos a ser más libres, más sanos, viviremos más en paz con nuestras conciencias, seremos más felices junto con nuestros seres queridos y, por encima de todo, tendremos la satisfacci6n de habernos comportado fuera de la rutina al utilizar correctamente nuestra inteligencia, obteniendo así desarrollar la personalidad.
Fuente: Artículo cedido por José Gómez Muñoz a EDITORIAL HIGEA