¿Qué es el parto natural?
Es una función fisiológica más, como la respiración, la
digestión o la circulación de la sangre, para cuya
ejecución el cuerpo dispone de organos y aparatos idóneos,
asi como de mecanismos, hormonas y actividad
muscular suficientes para llevar a cabo todas y cada una de
ellas. La diferencia consiste en que la función parto no
está encaminada, como las otras a la supervivencia del
individuo, sino a la de la especie.
Si es una función normal, ¿qué explicación tiene que
el parto duela?
Modernamente se sabe que ese dolor se debe a un
reflejo cerebral condicionado. La mujer cree, lo ha
aprendido asi desde la niñez, que el parto tiene
necesariamente que doler y tal creencia ha grabado en su
córtex un fuerte reflejo condicionado negativo que da
lugar, cuando el estimulo nervioso del parto llega al
cerebro, que éste fabrique el dolor y de evitar o, al
menos defenderse obstaculizando el parto. He visto
muchos partos en mi larga vida y casi siempre, la función
sidiológica normal se convertía en una resistencia, más
o menos encarnizada, por parte de la mujer, a que el
parto se produjera.
¿Qué remedio hay contra ese dolor?
Racionalmente, se debe anular el reflejo negativo,
sustituyéndolo por otro positivo que induzca a la
mujer a participar activamente en el parto, sabiendo en lo
qué consiste y de que manera puede contribuir a
facilitarlo. Esta preparación fue rechazada por los tocólogos
españoles a causa de la nacionalidad de Pavlov, premio
Nobel en 1904 por su descubrimiento de los reflejos
condicionados en los que se basa.
Así que la preparacion psicoprofiláctica del parto fue
rechazada .
Sí, yo la presenté en 1955, pero no sólo fue
rechazada, sino que yo perdí mi trabajo y me vi precisada a
emigrar, hasta que un dia me llegó la noticia de que la
Seguridad Social había aceptado la preparación y la
of recía gratuitamente a las embarazadas. Deje mi
trabajo, mi casa y la posición que había logrado crearme
fuera de España y regresé, llena de ilusiones, dispuesta
a reanudar mi tarea donde la había interrumpido.
Pero a la preparación que se hacia, las embarazadas la
llamaban la gimnasia porque consistía, básicamente,
en eso. Como no podia por menos de ocurrir, el parto
siguió doliendo y la preparación se desacreditó.
¿Qué hiciste entonces?
Solicité un puesto de matrona en la Paz y el director
me respondió que yo era la última matrona a la que
daría trabajo y tuve que ponerme a trabajar como
secretaria políglota, ganando mucho más, pero
gustándome el trabajo mucho menos, a pesar de que el
ambiente era muy agradable, entre gente muy culta y
educada que me trataban con toda corrección.
Así que, ¿no volviste a trabajar como Matrona?
Sí, pero no como antes. Ni ninguna de las sociedades
de Seguro Libre que tenia las pude recuperar,
únicamente mi plaza por oposición en la Beneficencia,
donde estaba excedente.
¿Cuál es tu situación ahora?
Las cosas han cambiado
mucho. En 1976, auspiciado por el Servicio
Científico del Laboratorio
"Roche", se publicó un libro titulado: "Cursillo de
actualización obstétrica
para matronas" que era, en realidad, la abolición del parto natural como
función fisiológica normal y su sustitución por un
tratamiento específico del mismo, como si fuera una
enfermedad .
Mal pudieron las matronas aprovecharse del
mencionado libro, pues poco después la carrera y la profesión
de matrona, fueron ilegalmente suprimidas. Una vez
constituido el Ministerio de Sanidad, se acordó que
todas las embarazadas pertenecientes a la Seguridad
Social acudieran al hospital el día que se lo ordenasen,
estuvieran o no de parto, para que allí les dirigieran el
parto, con arreglo a las técnicas más modernas: goteo
continuo de medicamentos, principalmente oxitocina
sintética, amniocéntesis, amniorexis precoz,
monitotización y cuantos medios la "ciencia" MODERNA y los
cuantiosos recursos que el Estado pone en manos de la
Sanidad para que los ginecólogos pudieran sustituir el
parto biológico por un parto dirigido de reciente
invención.
¿Crees que ese parto artificial perjudica A LA MUJER
O AL NIÑO?
No sé que pensar. El principal propósito de esta
sustitución es ganar tiempo. Reforzando las contracciones,
acortando las pausas entre ellas y suprimiendo los
descansos fisiológicos entre período y periodo (el famoso
'pasarse los dolores"), el parto se abrevia
considerablemente .
Es posible que la precipitación con que se efectúa la
dilatación del cérvix impida que la rotación y flexión de
la cabeza del feto sean satisfactorias y haya que
recurrir a medios instrumentales para facilitar la expulsión,
pero la técnica moderna ya cuenta con ello, ya está
advertida de que, con las prisas, las distocias se
multiplican. No hay que preocuparse por ello, pues
actualmente, para intervenir instrumentalmente en un parto, hay
más medios de alección. A los varios modelos de
forceps se añaden la ventosa y las espátulas, medios que,
bien manejados, pueden corregir cualquier asinclitismo
y solucionar problemas de última hora.
¿Qué pasa, modernamente, con el dolor?
Recientemente se ha hecho pública la decisión de las
autoridades sanitarias de aplicar rutinariamente
anestesia epidural en todos los partos. Su único
inconveniente es que no se puede aplicar muy precozmente,
sino cuando la dilatación ha llegado ya a un cierto
progreso, a juicio del médico. Además, suele necesitar
la extracción instrumental del feto, pues la prensa
abdominal está afectada por el anestésico empleado.
Pero eso es una minucia comparado con la ausencia
total de sensibilidad y la rapidez con que se termina el
parto.
¿Sufre más el niño con esta clase de partos o le llega
la anestesia epidural, igual que a la madre?
No, la anestesia epidural, al no ir por vía Intravenosa
al feto no le llega,lo cual es, hasta cierto punto una
ventaja, pues con la anestesia por via intravenosa o
respiratoria, el feto se anestesia, también, a través de la
placenta porque la sangre materna llega a ella cargada
de anestésico. No se sabe hasta que punto el niño se
anestesia antes de nacer porque es imposible calcular
qué cantidad de anestésico pasa de la sangre de la
madre al niño. Pero con la epidural el anestésico no pasa
por la placenta y no llega al feto que nace sintiendo
todo, como si no hubiera sido empleado anestésico
alguno. Posiblemente el feto sufre mas que en un parto
natural, pero, como no lo dice, siempre queda la duda.
Aparte de que en todos los equipos tocológicos suele
haber un neonatólogo capaz de hacer frente a
cualquier eventualidad, con un amplio surtido de drogas y
aparatos, amén de su natural destreza y pericia
profesional.
¿Quiere decir eso que el parto natural, fisiológico o
bedeciendo leyes naturales y eternas, ha desaparecido?
No del todo. La Seguridad Social ofrece la posibilidad
de renunciar a ella y que el parto se efectúe por medios
naturales, como si tal Seguridad Social no existiera.
Entonces, ¿la mujer que lo desee puede parir en su
casa, naturalmente, asistida por alguien de su
confianza?
Sí, pero la dificultad está en que no todas las
embarazadas disponen de medios económicos suficientes para
financiar un parto asistido de modo tradicional por la
matrona. En Europa, si el parto natural es autorizado,
la Seguridad Social reembolsa los gastos pero en
España no existe esta posibilidad. La embarázada que
no quiere ir al hospital ni parir artificialmente,
renuncia a la asistencia de la Seguridad Social
absolutamente. Claro que queda la esperanza de que en el futuro,
el gobierno revise este sistema que permitiría un
ahorro considerable de dinero y de sufrimiento.
En la actualidad, las embarazadas suelen estar
aterrorizadas ante el parto y sólo una minoria, las más
conscientes y las más cultas, se "arriesgan" a parir de forma
natural, confiando en que la Naturaleza que lleva
millones de años proporcionando partos naturales a
mujeres y hembras vivíparas, debe haber adquirido una
práctica indudable.
La razón de que en España, la Seguridad Social se
desentienda en absoluto del parto natural, debe ser
porque como se gastan en el parto artificial cantidades tan
exhorbitantes, no les queda ni un duro para
reembolsar los gastos del parto en casa, del que han
prescindido absolutamente. Es verdad que la mortalidad
materno infantil era mayor en épocas pasadas, pero no por
el parto, sino por otras causas.
Madres e hijos salían siempre vivos del parto, se
morían después, debido a enfermedades como la viruela, la
difteria, la meningitis, la fiebre puerperal, etc., que hoy
han desaparecido, gracias a los progresos de la medicina.
Quienes afirman que el parto natural daba lugar a una
catastrófica mortalidad, deberían confesar,
decentemente, que eso no es cierto y que la sustitución del
parto natural por el programado y ejecutado
artificialmente se debe al propósito de hacer más rápida y más
cómoda su asistencia y evitar que el parto se realice,
como se solia decir, "cuando Dios quiera lo que en
ocasiones obligaba a largas esperas y, a veces, Dios quería
en momentos inoportunos.
Ahora es mucho mejor, se ordena a la embarazada:
"Vaya usted tal dia, a tál hora al hospital" y allí la
hacen parir, por las buenas o por las malas. La mujer no
sabe nunca lo que van a hacer con ella. Lo más que
sabe por referencias, es que el goteo, el monitor y la
episiotomia son de rigor y lo peor del parto son los puntos
y que nunca se sabe quién te va a asistir pues en el
hospital hay muchos profesionales que se turnan y es
posible que no sea uno solo quien te atienda.
Como nadie la informa de que es, en concreto, lo que
puede pasar, desde el mismo momento de la cita, la
mujer empieza a remusgar que cuando no se lo han
dicho, no debe ser nada bueno. En ese estado de miedo
y de ignorancia llega al hospital, un sitio donde no
conoce a nadie y donde no existe el minimo calor
humano. ¿Qué imágenes pasarán por su mente mientras
espera, rodeada de desconocidos, sin saber lo que va a
pasar, sola con su miedo, sin tener ni siquiera el
consuelo de rezar porque no se le ocurre tal cosa? Su
único consuelo es el sabio, el todopoderoso médico quien
se limita a hacer una brevísima visita, sin mirarla a los
ojos, sin darle explicación ninguna ni escuchar sus
preguntas y, desde luego, sin dignarse responder a ellas. El
médico es un ser superior que dará órdenes a sus
acólitos como si la angustiada mujer no existiera,
como si fuera un pedazo de madera o una piedra.
¿Es justo que para llegar a la excelsa categoría de
madre haya que sufrir tal humillación? ¿Quien ha
autorizado la supresion del parto natural sin
consultar o, al menos, informar a la persona mas
interesada?
Si sientes interés por el parto natural en casa, te invitamos
a compartir una jornada con nosotros. Somos un grupo de
familias amigas que hemos optado por esta alternativa de
nacimiento, te ofrecemos información y apoyo al
respecto. Puedes llamar a Paloma. Tel. (91) 571 63 67
NOTA: Consuelo Ruíz, falleció en 2005, en la ciudad de Madrid a los 91 años, ¡GRACIAS POR TU SABIDURÍA, LABOR Y AMOR!
Para saber más de Consuelo Ruíz:
http://nacerencasa.jimdo.com/consuelo-ruiz/