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Cuidado del cuerpo
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Higiene corporal
por José Manuel Casado Sierra
por José Manuel Casado Sierra
El célebre Dr. Shelton nos comenta al respecto: "La limpieza del cuerpo es
más una necesidad estética que una medida de salud, sin embargo, es importante sobre todo para la piel. El cuerpo se limpia a sí mismo pero la ropa tiende a impedir esta función. También,
muchas ocupaciones de la sociedad actual ensucian al cuerpo de tal forma que sus
propias funciones de limpieza no son suficientes para auto-limpiarse."
El Dr. Page nos da un sabio consejo: "Cuánta menos ropa usa uno, menos esencial es
bañarse diariamente, y menos tiempo tiene que dedicar a ello."
¿Cuándo bañarse?
Existe la costumbre general de bañarse nada más levantarse. Parece que la mayoría de las personas necesitan un estimulante por la mañana que les abra los ojos. Bañarse con agua muy fría es una costumbre típica que utilizan muchas personas para despertarse y prepararse para un día más de trabajo . El cuerpo de una persona insana está saturado de toxinas que intenta eliminar de forma intensiva a lo largo de la noche; al levantarse el individuo siente los síntomas de esta eliminación nocturna: dolor de cabeza, debilidad muscular, legañas, lengua pastosa, mal aliento, etc.
Las personas sanas no tienen "la necesidad" de estimularse pues sus cuerpos están puros y la eliminación nocturna de toxinas es leve y sin molestias.
La hora ideal para bañarse es al atardecer después del día de trabajo. No se deberia ir a la cama sucio. El polvo, la suciedad y el sudor del dia deberían limpiarse al final del día.
Mantén tu cuerpo limpio pero sin excederte en baños demasiados frecuentes y prolongados. No permanezcas en el agua y en remojo durante mucho tiempo. Permanecer en el agua durante mucho tiempo enerva al cuerpo por la estimulación que produce. El hombre ni es un pez ni un anfibio. Es un mamífero de tierra.
Para limpiarte, es suficiente con lavarse con agua lo más pura posible con una temperatura moderada (templada o ligeramente fría, ni caliente o fría). Entra en la ducha y lava el cuerpo rápidamente de la misma manera que lavas tu cara. Una vez fuera sécate con una toalla áspera, frotándote vigorosamente.
buenos para el cuerpo?
El jabón es útil únicamente para aquellas personas cuyo trabajo ( mecánicos, mineros, pintores, etc.) ensucia sus cuerpos con materiales que simplemente el agua pura no quitaría.
El jabón extrae el aceite natural de la piel, dejándola seca y agrietada y menos resistente a las "infecciones." Irrita la piel, y su uso frecuente la endurece interfiriendo con sus funciones. Excepto en las condiciones mencionadas anteriormente, el jabón no es necesario para limpiarse incluso hace la limpieza más difícil.
Las personas que lavan los platos saben que con jabón y agua caliente la grasa de los cacharros se va rápidamente y mejor. Lo que sucede a los cacharros también sucede al pelo y a la piel. El agua caliente y el jabón les roba su aceite dejándolos secos. El aceite representa su principal protección. Al pelo le falta brillo y se queda muy quebradizo; la piel se seca y se agrieta. La diferencia entre un jabón, fuerte, áspero o suave es su grado de irritación y extracción del aceite natural del cuerpo.
Bañarse en Exceso
Los seres humanos tienden a pasar de un extremo a otro. De no bañarse prácticamente nada a bañarse en exceso. Hoy en día se considera el baño como una medida terapéutica. Bañarse no deja al descubierto los poros de la piel los cuales no se abren en la superficie.
El principio de la moderación debería aplicarse también en el baño. Demasiados y frecuentes baños prolongados con agua muy caliente o muy fría deterioran la salud por estimular, enervar al cuerpo privándole de valiosísima energía nerviosa vital. El principal valor de bañarse en la piscina viene del tiempo que la persona pasa fuera del agua tomando el sol y no del baño en sí mismo.
Consecuencias para la Salud
Baños minerales.-
Bañarse en agua mineralizada no tiene más valor que
bañarse en agua normal. Las aguas mineralizadas
contienen muchos más minerales y suciedad que el agua ordinaria y
muchas personas tienen la creencia de que poseen
poderes curativos. Esta creencia es pura superstición.
Estas aguas irritan la piel y sus terminaciones nerviosas.
No son aguas sanas ni para bañarse ni para beber.
Baños en agua fría.-
Bañarse en agua fría es muy perjudicial para el
bienestar del cuerpo. Si deseas alcanzar un nivel de salud
excelente deberías evitar bañarte an agua fría o casi
helada. Este tipo de baño es un poderoso "estimulante"
o excitante, es decir, excita primero y después deprime al
cuerpo privándole de energía nerviosa vital.
Muchas personas tienen la creencia de que todas las cosas naturales deben ser perjudiciales y que la eficacia de un remedio depende de su grado de repulsividad en el cuerpo. Los niños prefieren que se les vacunen antes que bañarse en una piscina con aguas heladas. Los animales en su estado natural evitan también las aguas frías o heladas; por ejemplo, el oso canadiense prefiere dar un enorme rodeo o cruzar un lago helado sobre un témpano de hielo que bañarse en el.
Baño por fricción
Este tipo de baño consiste en frotar el cuerpo con las
manos, o con una toalla o un cepillo para la piel o con un
guante. Es un excelente método de limpieza para la piel
corporal sacando rápidamente todo el tejido muerto.
Muchas personas prefieren este tipo de baño que con
agua. Hay que tener cuidado al frotar de no lesionar y
pelar la piel. Las virtudes terapéuticas atribuidas a
menudo a este procedimiento solo existen en la imaginación.
Saunas o baños de calor
Este tipo de baño consiste en mantener al cuerpo con un
calor sofocante, constante e intenso en un cabina o sauna,
en una habitación cerrada, en una bañera con agua
caliente, etc., para provocarle una sudoración abundante.
El propósito buscado con este tipo de baño es el
promover la "eliminación" a través de la piel. Muchas
personas piensan que la sudoración es un proceso de
eliminación y que cuanto más se suda más toxinas son
eliminadas.
Confundir la regulación de la temperatura corporal con la eliminación conduce a muchas prácticas ridículas e insanas. Este tipo de baños debilitan a la persona.
Me acuerdo que un día en el gimnasio donde solía entrenar vi a dos personas salir de una sauna tras media hora como si hubieran recibido una gran paliza; lo único que exclamaban era: "¡Qué calor madre mía!¡Qué calor! jAhí dentro sólo hablábamos del calor tremendo que hacía!¡Qué calor, agua por favor!"
Antiguamente, el baño de calor era un método de exorcismo, es decir, se utilizaba para expulsar los "demonios" del cuerpo.
La sudoración es un proceso que regula la temperatura corporal, no es un proceso de eliminación. Sudamos más o menos dependiendo de la temperatura externa o de las actividades corporales. El propósito fisiológico de sudar es mantener al cuerpo frío. Nada importante es eliminado a través de la piel, ni estando sano ni enfermo. Veamos cual es la composición normal del sudor: agua (995,573), urea (0,043), materias grasas (0,014), sales inorgánicas (2,491), lactatos alcalinos (0,3 17), sudoratos alcalinos (1,562).
La piel no es un órgano urinario. La piel expulsa tan poca urea que al sudor no se le puede llamar orina. Es la función de los riñones la de excretar la orina. Cuando los riñones están enfermos puede fallar su función excretora y una ligerísima cantidad de urea puede pasar al sudor que puede cristalizar sobre la piel en la forma de lunares.
La cantidad mínima de grasa que contiene el sudor hace ridícula la creencia de que sudando se pierde peso. Miles de personas acuden a saunas y a baños de calor en un esfuerzo de reducir su peso corporal. Lo único que disminuye de su cuerpo es la cantidad de agua que después reponen rápidamente bebiendo mucha agua. Estas personas llegarán a perder peso tras baños y baños de calor como consecuencia de perder su salud. La estimulación producida por el calor debilita, provoca lasitud, incluso desfallecimiento y una necesidad imperiosa de descanso.
Sudar en exceso puede trastornar el equilibrio organico del agua pudiendo causar deshidratación, y en casos extremos, la muerte.
Fuente: EDITORIAL HIGEA , por José Manuel Casado, editor, escritor, experto en nutrición y Ciencias de la Salud Natural.