
Artículos derechos humanos:sobre el ataque
a las torres gemelas
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¿Quién fomenta y arma
a los terroristas?
por J. Ignacio Lamata (C. R. de Catalunya - CNT- AIT)
a los terroristas?
por J. Ignacio Lamata (C. R. de Catalunya - CNT- AIT)
Condenamos la violencia y el terrorismo de todos los estados. Tanto de los estados instituidos como de los estados en embrión que son los grupos terroristas.
Por otra parte, los atentados terroristas responden a una lógica militarista, nacionalista y religiosa profundamente reaccionaria. En el caso de los atentados de Nueva York y Washington, por muy espectaculares y sangrientos que sean, no constituyen ningún "golpe contundente" contra el régimen capitalista ni contra el imperialismo militarista. Al contrario. Hacen el juego a los halcones de la clase dirigente norteamericana, que aprovechan dichos acontecimientos para justificar el recurso a la guerra en el exterior y a la represión de los movimientos discrepantes y las protestas en el interior.
La administración Bush iba de capa caída, entre otros factores, a causa del aumento del paro, su impopular política económica (como demuestran las manifestaciones antiglobalización) y la falta de credibilidad (George W. Bush llegó a la presidencia gracias al fraude electoral perpetrado en Florida). Además, pasaba serios apuros para sacar adelante su política de expansión militar y de rearme. Precisamente en un momento tan malo para la administración Bush, le ha caído del cielo el magnífico regalo de los atentados terroristas. Le han venido de perlas. Ya tiene el pretexto para lanzarse a la cruzada militar en el exterior, recortar las libertades civiles y aplastar a la disidencia en el interior y multiplicar el presupuesto destinado al complejo militar-industrial, mientras los medios de comunicación (¿no sería mejor llamarlos de propaganda?) tocan los tambores de guerra, en pleno ataque de histeria patriótica. El Partido Demócrata, por su parte, en nombre de la unidad nacional, le ha firmado un cheque en blanco a Bush y renuncia a cualquier simulacro de oposición (lo que nos recuerda el papelón que hacen Zapatero y el PSOE en España). En medio de tanto alboroto, hay dos aspectos que conviene subrayar.
DOS CUESTIONES ESENCIALES
- 1. Suponiendo que Osama bin Laden sea el organizador de los atentados, se trata del individuo considerado por el gobierno de Estados Unidos "el terrorista más peligroso del mundo", cuyos movimientos, según dicen, son seguidos por las más perfeccionadas técnicas de espionaje de la CIA, el FBI y otras agencias. Por si ello fuera poco, resulta que el World Trade Center ya había sufrido un atentado del integrismo islámico en 1993 (estalló una bomba en la parte baja del edificio). Así pues, cabe preguntarse: ¿cómo se ha podido organizar un atentado de esa envergadura sin ser detectado? ¿Cómo es posible que se estrelle contra dicho rascacielos de Nueva York un segundo avión secuestrado tras un intervalo de tiempo más que suficiente para impedirlo? Ante todo, se impone una conclusión: policía, militares, servicios secretos, campañas contra el terrorismo... toda esa parafernalia no sirve para proteger a los ciudadanos, sino para llevar a cabo la represión en el interior y las intervenciones militares en el exterior. La policía, los militares... y los políticos que los dirigen no protegen a los ciudadanos, sino que constituyen una amenaza, como corrobora el apartado siguiente.
- 2. Bin Laden y los talibanes que lo acogen fueron financiados y armados por los gobiernos de Reagan y Bush (padre) en los años ochenta, durante la lucha contra el régimen impuesto por el ejército ruso en Afganistán. (Reagan calificó a los talibanes de "luchadores por la libertad".) Si están implicados en los atentados del 11 de setiembre, entonces resulta que la CIA y la clase política norteamericana son culpables de haber fomentado, financiado y armado a las fuerzas que han llevado a cabo el atentado más sangriento contra civiles americanos en la historia de Estados Unidos.
LA GUERRA ES UNA FORMA DE TERRORISMO
En Oriente Medio, el estado de Israel y las organizaciones palestinas están enzarzados en un conflicto en el que ambos contendientes recurren al terrorismo. Al aplicar la ley del talión, se potencian y se inflaman mutuamente, multiplicando los actos terroristas.
Tras la segunda guerra mundial, al estallar la lucha por la dominación mundial entre Estados Unidos y Rusia, los primeros apoyaron a Israel, y los segundos a algunos estados árabes. En los últimos años, la intervención de Estados Unidos ha aumentado de intensidad. Empezó con los bombardeos de Líbano y Libia hasta desembocar en la guerra del Golfo y, posteriormente, en los bombardeos intermitentes a Irak, sin ningún tipo de justificación. Es falso decir que la destrucción del World Trade Center supone una declaración de guerra a Estados Unidos, porque desde hace años el ejército norteamericano participa directamente en las guerras de Oriente Medio (y África: Sudán). Dicha intervención militar ha sentado las bases de los atentados del 11 de setiembre. Al enzarzarse en una dinámica de represalias continuas, de responder al terrorismo del enemigo con el terrorismo propio, se han creado las condiciones para la catástrofe de Nueva York, que se ha cobrado la vida de miles de civiles inocentes.
Como también se ha cobrado la vida de miles de civiles inocentes la intervención del imperialismo americano en todo el mundo. Intervención directa (Vietnam, bombardeos de Irak y Serbia) o indirecta (apoyo a Pinochet, a los militares argentinos, a Sukarno, a Turquía... para limitarnos a unos pocos casos). Es decir, que el gobierno de Estados Unidos también practica el terrorismo y apoya a terroristas. Incluso ha apoyado, fomentado y armado el terrorismo de Bin Laden y los talibanes. Por mucho que Bush hable de la lucha entre el Bien y el Mal, francamente, no vemos el Bien por ningún lado.
La terquedad a seguir en la misma orientación militarista, de represalias y venganzas continuas, lejos de traer la paz a Oriente Medio (o a cualquier parte del mundo), azuzará aún más las llamas de un conflicto largo y sangriento. Las represalias sólo originarán más fanáticos suicidas. Responder a una forma de terrorismo (los atentados) con otra forma de terrorismo (la guerra y los bombardeos) no soluciona nada. Sólo sirve para fomentar el terrorismo y crear el caldo de cultivo de catástrofes futuras. Si el carácter representativo de las elecciones es bastante discutible, en el caso de George W. Bush salta a la vista que no tiene ninguna legitimidad. La extrema derecha dio un golpe de estado y lo impuso en la presidencia mediante un fraude electoral descarado y de corte mafioso (con la ayuda del hermano -gobernador de Florida- y la bendición del padre).
Las continuas invocaciones a dios, propias del fundamentalismo cristiano que arropa a Bush, ponen de manifiesto que el presidente fraudulento es de la misma catadura moral que los integristas islámicos que siempre invocan a alá.
Ante tanta histeria patriótica y belicista, conviene recordar que el primer deber del soldado es ser un desertor.
POR LA DISOLUCIÓN DE TODOS LOS ESTADOS Y EJÉRCITOS
Frente a los discursos militaristas, nacionalistas y religiosos, abogamos por la disolución de todos los estados, ejércitos, policías, servicios secretos y demás organismos de represión y de muerte, así como también abogamos por poner fin al capitalismo y a la explotación económica que conlleva. Y proponemos una sociedad de iguales basada en la autogestión de las actividades sociales y productivas, la creación de organismos autónomos y la libre federación de los pueblos y los colectivos sociales.
¿Utópico? Lo que resulta utópico, en el mal sentido de la palabra (= quimera irrealizable), es mantener el actual régimen social y político y esperar que no ocurran más guerras ni actos terroristas ni catástrofes.
Barcelona, 18 de Septiembre del 2.001
Fuente:
Este artículo ha sido recopilado de la web: http://www.rebelion.org .