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Filosofía principios y prácticas de
la Higiene Natural o Higienismo
por T. C. Fry
la Higiene Natural o Higienismo
por T. C. Fry
La Higiene Natural sostiene que la vida debería ser significativa y llena de belleza, amor, ternura, bondad y felicidad.
La Higiene Natural sostiene que somos inherentemente buenos, rectos, cariñosos, comunicativos y virtuosos, y que nuestro carácter elevado se manifestará en las condiciones de vida adecuadas.
La Higiene Natural sostiene que el bienestar superlativo es normal en nuestra existencia y es necesario para el logro de nuestro potencial más alto.
La Higiene Natural sostiene que la excelencia suprema humana puede darse solamente en aquellos que adoptan los preceptos y las prácticas que producen un bienestar soberbio.
La Higiene Natural sostiene que sólo bajo el reconocimiento y el cumplimiento en la práctica de nuestros requisitos biológicos conseguiremos alcanzar nuestro elevado potencial.
La Higiene Natural, que engloba todo lo que contribuye al bienestar del ser humano, y que se basa en la herencia biológica humana, constituye la manera de lograr el orden más grande posible de la existencia humana.
La Higiene Natural está en armonía con la naturaleza, de acuerdo con los principios de la existencia orgánica vital, correcta en la ciencia, lógica en filosofía y ética, de acuerdo con el sentido común, afortunada en la práctica y una bendición para la humanidad.
La Higiene Natural reconoce que el cuerpo humano es obviamente capaz de autoconstruirse, habiendose desarrollado a partir de un óvulo fertilizado, que es capaz de autopreservarse, de autodefenderse y, a través del poder e inteligencia extraordinarios que le construyeron, es capaz de autolimpiarse y de autorepararse.
La Higiene Natural reconoce que el cuerpo se mantiene a si mismo en perfecta salud, completamente libre de enfermedad, si sus necesidades son satisfechas correctamente. Entre todas ellas en primer lugar están aire puro, agua pura, descanso y sueño, limpieza, alimentos de acuerdo con nuestras adaptaciones biológicas, amor y aprecio, temperatura adecuada, sol, actividad vigorosa, trabajo constructivo, equilibrio emocional, autocontrol, diversión y entorno agradable.
La Higiene Natural reconoce que los seres humanos son frugívoros biológicamente y que están constitucional y estéticamente adaptados a una dieta de principalmente frutas y, en segundo lugar, de verduras, frutos secos y semillas en combinaciones digestivas compatibles en su estado natural, frescos y crudos.
La Higiene Natural reconoce que las enfermedades son causadas por prácticas de vida inadecuadas, especialmente excesos dietéticos. La enfermedad procede de la energía nerviosa reducida y consiguiente toxicosis de desechos generados internamente, de substancias ingeridas que producen o engendran toxicidad, o de una combinación de ambas cosas. La energía nerviosa insuficiente resulta en disipación, estrés, abuso, exceso o deficiencia de los elementos esenciales de la vida, o contaminación del cuerpo con substancias no normales para él. Por consiguiente, la recuperación de la enfermedad sólo puede lograrse deteniendo sus causas y estableciendo las condiciones favorables para la recuperación.
La Higiene Natural reconoce que un descanso completo, que incluya el ayuno, es la condición más favorable bajo la cual un cuerpo enfermo puede purificarse y recuperarse.
La Higiene Natural, que enseña que el bienestar elevado puede lograrse y mantenerse sólo a través de prácticas de vida biológicamente correctas, no es un arte de curar o un culto de curar. Considera como erróneo y causante de mucho dolor la idea de que la enfermedad puede prevenirse o ser superada mediante agentes anormales a nuestro ser natural. Por lo tanto, la Higiene Natural rechaza enérgicamente las drogas, medicamentos, vacunas y tratamientos porque minan la salud al interferir, interrumpir o destruir los procesos, funciones, células y tejidos vitales del cuerpo.
Por tanto, la Higiene Natural considera al cuerpo y la mente como el santuario inviolable del ser individual. La Higiene Natural sostiene que cada uno tiene el derecho inalienable de tener un cuerpo puro y no contaminado, a estar libre de coacciones y restricciones anormales, y a ser libre para satisfacer sus necesidades como un miembro responsable de la sociedad.
Fuente:
Diferentes libros del maestro escritor y experto en Higienismo T. C. Fry ya fallecido. ¡Va por ti hermano y compañero!