La Luna, llamada también esotéricamente "Niño de los ojos poderosos" reina al inconsciente, a los sueños y a las emociones; no es un arkano fácil de interpretar porque se mueve entre las sombras y las tinieblas. Simbólicamente, se la considera como el cordón de plata que nos une con el mundo espiritual del cual todos procedemos. Por lo tanto, para entrar de nuevo a ese mundo espiritual debemos de ahondar en nosotros mismos para purificar las aguas de nuestras emociones.

La Luna es la maestra del contacto humano; gracias a su magnetismo nos acercamos los unos a los otros, nos amamos o nos odiamos, sentimos miedo o valentía... nos informa de cómo nos relacionamos. Y entrar en este terreno es una auténtica prueba de valor porque tenemos que sumergirnos en nuestro propio "lago tenebroso" en donde permanecen escondidos nuestros "monstruos" y hacerlos emerger y por otro lado es una prueba de fe porque enfrentarnos a nuestros miedos nos encara con la pérdida de raíces y con la muerte a todo lo que nos supone seguridad. Y de todo este caos debemos de rescatarnos a nosotros mismos.

Cuando la Luna aparece en nuestra consulta de cartas está hablando de decepción, de peligro, de malas influencias, de falsas amistades y mentiras, de motivos ocultos y traiciones... pero también nos habla de pequeños errores cometidos que no debemos engrandecer, del final de las malas tentaciones, de la ventaja que llevamos debido a nuestro esfuerzo y a los beneficios que conseguimos sin tener que pagar ningún precio... Aunque a veces se la puede considerar como fría y distante, en realidad la Luna nos protege de lo negativo porque nos guía a través de nuestras emociones y nos ilumina el camino de las sombras con luces parpadeantes y plateadas.

Luz, Paz y Amor.