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Las Leyes Divinas y la Creación
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LA LEY DE LA
REENCARNACION IV PARTE
por el Centro de Estudios de Ciencias Universales
REENCARNACION IV PARTE
por el Centro de Estudios de Ciencias Universales
Hasta aquí, la visión que me dieron, pero es interesante que pongamos antención en todo el proceso evolutivo presentado y ver cómo se programó, en qué se basó y qué consiguió. Y apreciarlo bien, al observar el trabajo de estos dos Seres para pasar del error al conocimiento, para pasar del desamor al amor fraterno, para conseguir anular su ignorancia y armonizarse con la Ley. Es interesante darse cuenta que el factor tiempo, en el campo espiritual, no es un valor determinante y que lo único que tiene valor es el grado de acumulación de vibraciones positivas, el grado de mayor luz alcanzado, el grado de mayor amor asumido.
Pero pongamos atención en un hecho: aquellos dos Seres movieron energías muy negativas en un momento, como consecuencia de sus grados de ignorancia de la realidad espiritual del Ser; el Amor Absoluto de Dios, en forma de Ley y ejecutado por un Ser de Luz, no critica ni juzga ni castiga, sino que da todas las oportunidades para que el Ser deje el error y asuma el conocimiento; el Ser es libre y actúa según sus impulsos y en su grado evolutivo bajo, acertará y errará, cancelará deudas y adquirirá deudas con la Ley. Para adquirir un conocimiento y anular un error, aquellos dos Seres tuvieron que emplear cuatro encarnaciones, que juntamente con los tiempos espirituales, entre encarnación y encarnación, suman alrededor de quinientos años. ¡Quinientos años para aprender un conocimiento y aún no conseguido por completo! Este dato es importante que lo tengamos presente para entender el proceso evolutivo y ver cómo actúa la Ley Divina, cómo actúa el Amor Absoluto de Dios, para que todo Ser, sin excepción alguna, vaya adquiriendo el conocimiento contenido en cada grado evolutivo, en cada nivel de progreso, de manera que, el Ser no podrá dejar el nivel en que está y pasar a un nivel superior, mientras le queden parcelas de conocimiento por asimilar, mientras tenga alguna duda, mientras tenga alguna sombra de todo cuanto está contenido en el plano evolutivo en que se halla.
Es decir, en el mundo espiritual no es posible pasar, de un nivel al nivel superior siguiente, con medias notas, como ocurre en nuestro mundo material, se debe pasar como si hubiese sacado matrícula de honor, porque debe poseer, absolutamente, todo el conocimiento contenido en el nivel evolutivo en que se halla, ya que debe poder ser un maestro de ese conocimiento.
En los Mundos Primarios y en los Mundos de Expiación y Prueba, la ley de Causa y Efecto se manifestará de la manera expresada en el ejemplo anterior, que es presionando el efecto erróneo para cancelarlo y alentando el efecto positivo para incrementarlo, en definitiva, impulsando al Ser hacia estados superiores de conciencia, hacia estados de mayor pureza vibratoria, hacia estados de mayor luz, hacia niveles de mayor conocimiento, hacia estados de mayor armonía con la Ley, que es, de mayor unión con Dios. Y esto se determina, se programa, se impulsa y se determina, a través de la Ley de la reencarnación, que conduce al Ser a pasar por cada aula de estudio, que en una vida física, donde encontrará las lecciones que se enseñan en dicha aula y que él necesita para ir subiendo de planos evolutivos.
A partir de los Mundos de Reencarnación, que la Ley de Evolución y Progreso nos señala como las etapas evolutivas en las que ya no prevalece el error, en las que las sombras, que proyectan las ignorancias, han desaparecido por completo y la luz es total, aunque no intensa, la acción de la Ley de Causa Efecto tiene ya otro sentido y, por ello, la Ley de la Reencarnación ya no actúa, ya ha dejado de mostrarse, ha finalizado su función.
La Ley de Causa y Efecto, desde los planos evolutivos de Mundo de Regeneración y en todos los planos evolutivos de los Mundos de Sabiduría, de Luz, de Pureza y Crísticos, está en relación constante y consciente de ello por parte del Ser, para presentar el grado de intensidad de acierto, el grado de fuerza demostrativa, que el Ser ha producido con sus actos, en relación a la Ley Divina.
La Ley de Causa y Efecto viene a ser, para el Ser espiritual como una brújula que está indicando constantemente la dirección a seguir, como una ayuda que tiene el Ser para saber estar en la certeza, de su actuación justa, para valorar de manera continua sus grados de progreso, que son grados de identificación y de armonización con Dios.
La Ley de Causa y Efecto, para todos estos Seres elevados, es un diálogo constante con el Creador, es estar continuamente actuando en, con y por Dios. Es la toma de conciencia de estar acercándose a la Unidad, a ser UNO con el TODO, a ser, finalmente, el mismo TODO.
La Ley de la Reencarnación habrá cumplido su finalidad cuando el Ser haya adquirido este conocimiento, cuando el Ser se haya despojado de sus errores por completo y haya asimilado todo el conocimiento sobre la energía, estructurada en forma densa y tangible físicamente.
La Ley de la Reencarnación es un Impulso Divino, dado al Ser humano, para que cumpla su programa de progreso y salga de la «escuela primaria» para entrar en la escuela secundaria.
Fuente:
Libro «Las Leyes Divinas y la Creación», editado por el Centro de Estudios de Ciencias Universales. Tel: 93.2374772. Publicado con la autorización previa del centro, les damos las gracias por ello.